Estos días nos están arrollando con datos y cifras sobre la actividad turística en España que pueden parecer abrumadoras. Desde que empezó la crisis se ha intentado cambiar de motor económico para tirar del carro y se apostó por el turismo. Seguimos en el top de los destinos mundiales aunque China viene pisando fuerte y este año nos superará si nada lo remedia. Desde que se inició el año se han aumentado las cifras de ocupación y visitantes (en parte por las revueltas árabes) y esto se verá claramente en el aumento del empleo en la actividad para la época estival. Pero podríamos empezar con esta Semana Santa pasada (por agua), en la que se han superado las expectativas puestas en ella por el Gobierno y seguir con el crecimiento del PIB turístico durante este primer trimestre. Los datos son esperanzadores (no se puede negar), incluso el paro en el sector está por debajo del nacional y se han recuperado a los turistas que se fueron buscando el sol y playa a Túnez (por ejemplo). Pero todos estos datos hay que cogerlos con pinzas, España tiene que mantener estas cifras de turistas, no porque en otros países competidores se produzcan inestabilidades políticas y sociales, sino ofreciendo y mejorando sus infraestructuras, sus alojamientos y sobre todo el servicio ofrecido en el turismo de sol y playa. Personalmente espero que este sector se consolide y que genere empleo de calidad con unos profesionales (como los que estamos empezando), que estamos formados a un nivel muy alto y en el cual tenemos depositadas grandes esperanzas. Escrito queda!
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